Los
millennials o la Generación Y —llámenlos como quieran—, pueden ver la carrera y
su sueldo desde una perspectiva muy distinta a la de otras generaciones. Más le
vale al mundo de los negocios seguirlos muy de cerca, porque estos jóvenes
comprenderán el 75% de la fuerza laboral mundial en 2025.
El año
pasado, la empresa de servicios profesionales Towers Watson publicó su estudio
global de mano de obra y descubrió que retener a los empleados tiene mucho más
que ver con darles una experiencia satisfactoria, una cultura inspiradora y
relaciones de buena calidad que con motivarlos basándose sólo en recompensas.
Con
esto en mente, no es raro que los trabajadores de la Generación Y, conocedores
de la tecnología tengan un enfoque diferente para la administración y el uso
del dinero que ganan. En lugar de hacer que sus recursos se multipliquen o
guardarlos para la vejez, los utilizan para ejercer un mayor control sobre su
vida profesional.
“También
tienen algunos hábitos de consumo poco firmes. Compran cerveza barata pero vino
caro”, dice el encuestador John Zogby, autor de First Globals Understanding,
Managing, & Unleashing the Potential of Our Millennial Generation.
“Pueden comprar en Walmart —y cada vez compran más en Walmart o Costco— y aún
así buscar y gastar en la marca con orgullo.”
Los
veinteañeros serán veinteañeros en todas las generación, dice Zogby, en
referencia a los nacidos entre 1979 y 1994, pero lo que diferencia a las
generaciones son los acontecimientos que dan forma a su mundo. En el caso de
los millennials —la generación más numerosa de la historia— los sucesos fueron
la caída de las Torres Gemelas y el colapso que les siguió, al igual que la
Gran Recesión. Estos eventos les metieron una mentalidad más global en un
momento en que la tecnología se desarrolla para que la comunicación sea más
fácil que nunca.
La
recesión se llevó la confianza en las opciones, dijo Zogby. Sin ningún sentido
real de que la recesión esté disminuyendo, muchos son alimentados por una
fuerte necesidad de comenzar a trabajar en su carrera. “Yo no diría que se han
dado por vencidos, pero sí que tomarán lo que puedan.”
Pero,
¿qué es lo que buscan, mientras están a la caza de una carrera y un cheque? “El
85% no sólo quiere un trabajo que haga la diferencia y sea enriquecedor en el
plano personal, pero que también tenga un impacto en el mundo”, dijo Zogby. “Y
el 71% quiere trabajar para una empresa o entidad que promueva algún tipo de
comunidad global o responsabilidad social. Cada uno de estos números es mucho
más elevado para ese grupo demográfico que para los otros.”
En
general, el sueldo es de suma importancia cuando se trata de retener a los
trabajadores infelices, pero las relaciones con loa dirección y las
oportunidades de ascenso le siguen de cerca, dice Vlad Gyster, cofundador de la
plataforma digital de recursos humanos H. Engage y exconsultor de Towers
Watson. “Creo que se alinea con buena parte de lo que estamos escuchando sobre
que el dinero no es necesariamente el principal factor de motivación,
especialmente para la Gen Y del mundo y que lo que impulsa cada vez más a la
gente es una especie de misión.”
Cuando
contrataba para H. Engage, Gyster y Co., saber que tendrían el control sobre el
producto que se está desarrollando era muy importante para el ingeniero
aspirante. “Sabemos que los ingenieros a menudo están dispuestos a entrar por
un salario más bajo, ya que tienen una mayor sensación de control sobre su
entorno, que es una ventaja para ellos.”
Entonces,
¿cómo dar sentido a un estudio de 2009 elaborado por la Asociación Americana de
Psicología que señala un “incremento de 63% en el número de jóvenes que
calificaron al dinero como ‘extremadamente importante’ (16% de los Boomers en
comparación con el 26% de los millennials)”? El mismo estudio encontró que la
Gen Y califica más bajo en la escala de participación cívica que la Gen X (por
debajo de los Boomers también). ¿Están los millennials tan obsesionados consigo
mismos como los medios los hacen parecer?
Leonard
J. Glick, profesor de administración y desarrollo organizacional en la
Universidad Northeastern, no está convencido de que haya una enorme diferencia
entre las últimas generaciones que han ingresado a la fuerza laboral y aquellos
que ahora están cerca del retiro. Eso no quiere decir que los empresarios y el
mundo de los negocios no tengan que cambiar su estrategia un poco para la Gen
Y.
“Creo
que muchas de las cosas que las empresas están diciendo sobre cómo tratar a los
millennials —darles más autonomía, retarlos y tratarlos bien— son ciertas, pero
creo que siempre lo fueron”, dijo. “Tal vez lo que es diferente hoy es que las
empresas no pueden salir impunes si maltratan a sus empleados.”
El
cambio de actitud sobre la equidad en el lugar de trabajo, el abierto
conocimiento acerca de lo que deben pagar determinados puestos y el acceso al
conocimiento sobre cómo las empresas tratan a su gente han contribuido a que la
generación más joven se convierta en la fuerza de trabajo con más poder,
agregó.